sábado, 4 de enero de 2014

LA DESAMORTIZACION DE MENDIZÁBAL






Juan Álvarez Mendizábal nació en Cádiz en 1790, muriendo en Madrid en 1853. Descendiente de la burguesía fue proveedor del ejército de Fernando VII para recuperar las colonias españolas en América y fue uno de los conspiradores que junto al General Riego, obligó al rey a firmar la Constituciónde 1812.

En 1812, al restablecerse en España el Absolutismo, se exilió a Inglaterra, donde amasó una gran fortuna. Sus pretensiones políticas impulsó a los liberales a encauzarle en la revolución de 1835, entregándole Maria Cristina de Borbón, reina regente, el cargo de Ministro de Hacienda y Primer Ministro entre los años 1835 y 1836.

Pero Mendizábal pasará a la historia por su archiconocida desamortización llevada a cabo en 1836 e inspirada en la Revolución Francesa.

El 19 de febrero de 1836 comenzaba el citado proceso desamortizador impulsado por el entonces primer ministro Mendizábal. Cuando llegó al poder en 1835 tenía ante sí lo que consideraba dos problemas fundamentales, el precario estado de las arcas públicas y la guerra civil contra los carlistas. Para remediar ambos problemas en una sola jugada, ideó la desamortización, una medida que pretendía poner en el mercado bienes y tierras mediante la expropiación forzosa, para venderlas mediante subasta pública. Mendizábal pretendía así financiar la recluta de 100.000 soldados y terminar con la guerra, al tiempo que renovaba el flujo de caudal público y ganaba para la causa liberal un buen puñado de compradores agradecidos.

Mendizábal no fue un pionero pero sí fue el impulsor definitivo de esta medida, que con él se volvió irreversible. Con la finalidad de «disminuir la deuda pública», el primer ministro legisló a base de «decretazos» (sus medidas no pasaron por el Parlamento), la supresión de todas las órdenes religiosas que no tuvieran como fin la beneficencia, al tiempo que expropiaba sus bienes y los ponía en venta.

Las ideas principales de la desamortización de Mendizábal que figuran en el texto del decreto son 3:

  • Los Motivos: económicos para disminuir la Deuda Pública y sociales para pasar bienes del estado a manos privadas que estimularían la agricultura y comercio de la zona.
  • Los Bienes que pone en venta son instituciones religiosas suprimidas en los decretos del año 1835 como Inquisición, Compañía de Jesús y monasterios de menos de 12 religiosos.
  • La Protección por parte del Estado de instalaciones de gran valor artístico o histórico.


Como medida social, el proceso no tuvo efecto igualitario alguno, pues el método de subasta dirigía los bienes hacia unas pocas manos, las que disponían de capital. No se formó en España ninguna burguesía agraria, pues sólo la nobleza terrateniente se interesó por las grandes pujas. La reforma acrecentó el latifundismo en el sur y atomizó los minifundios del norte. Si bien es cierto que se liberaron miles de hectáreas para su explotación, al no venir acompañada de una reforma agraria, sus consecuencias fueron limitadas.


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